Zeus y Hera tuvieron a su hijo Hefesto, y ante la sorpresa de su fealdad y su aspecto enfermizo lo lanzaron desde el Olimpo a la Tierra. Tardó siete días en tocar Tierra, el niño sería enfermizo pero de hambre no se moría... En la Tierra, dos diosas (Tetis y Eurínome) le encontraron malherido y decidieron cuidarlo. Hefesto creo sano y fuerte, y se convirtió en un gran herrero, capaz de crear armas y joyas de extrema calidad,agradecía a ambas diosas mediante obsequios de joyería.
Un día Hera se fijó en el bello broche que portaba Tetis y le preguntó, a lo que Tetis respondio atemorizada que había sido creada por Hefesto. Entonces Hera se sintió extremadamente culpable, y decidió casarla con Afrodita (diosa de la belleza), la cual amaba la belleza física, justo de lo que Hefesto carecía enormemente. La desilusión de Afrodita fue grande, pero tuvo que aguantarse, no le quedaba otra opción, tuvo que quedarse con las ganas de casarse con Ares.
De todas maneras, el casamiento entre Hefesto y Afrodita no es el fin del romance entre Afrodita y Ares, ya que ellos se siguen viendo. Entonces, como se muestra en el cuadro del principio, Helios va a la fragua de Hefesto para informarle de la infidelidad de su esposa. Hefesto se enfadó, pero supo controlar su ira, fue paciente y vengativo, confeccionó una red de plata tan fina que era practicamente invisible, y la puso en la cama donde Ares y su esposa se encontrarían. El plan funcionó y ambos quedaron atrapados en la red, y fueron la burla del olimpo. Hefesto se mostró reacio a liberarlos, les hizo prometer que no se volvería a repetir aquella situación, pero al liberarlos escaparon y ambos faltaron a su palabra.
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